La voz metálica del otro lado del teléfono fue clara: escóndete dos días, hasta las ocho de la tarde del jueves. No le digas a nadie dónde te metes, busca una pensión discreta, utiliza un nombre falso y paga en efectivo, nada de tarjetas. No hables con ningún familiar ni amigo. Pasadas cuarenta y ocho… Seguir leyendo Dos días
Autor: diego
Pues eso, alguien loco, con cinismo, pleno de deseo y vacío de saliva de tanto gritar en el desierto.