Yo misma había llegado a convencerme de que mi matrimonio era perfecto. Y, aunque lo parezca, no es un ejercicio difícil de conseguir. Luego siempre está la realidad, terca y obstinada que nos abofetea una y otra vez con una imagen más verídica y menos edulcorada de lo nos gustaría. Creía que mi matrimonio, tan… Seguir leyendo Noviembre de mil novecientos noventa y ocho