–No hay nadie.Lo dijo en voz baja, para sí mismo, con vacilación. Se asomó al umbral de la puerta de la única habitación iluminada del piso, justo hasta donde alcanzaba la luz y, apoyándose en el marco, miró primero hacia la izquierda y luego hacia la derecha, escrutando el pasillo oscuro, casi negro.–No hay nadie… Seguir leyendo No hay nadie